En estos momentos en los que la situación nos obliga a quedarnos en casa, hemos podido ver cómo una de las opciones más difundidas es el creciente uso de la telepresencia.

Tu te preguntarás ¿Y qué es la telepresencia? Pues bien, es el uso de las tecnologías y la conectividad para realizar labores o actividades que normalmente deberían ser realizadas en persona.

 

 

Los dos ejemplos más conocidos de telepresencia son las clases virtuales y el teletrabajo.

Las clases virtuales

Las clases virtuales son una estrategia creada para poder hacer llegar los contenidos y estrategias didácticas directamente hasta los hogares de los alumnos. Antes de la virtualización de las aulas, la única opción viable para el aprendizaje era en aulas, presencialmente delante de un instructor o un docente.

Hoy en día son varias las alternativas que se presentan para poder virtualizar contenidos, módulos y hasta evaluaciones. Muchos fabricantes de software han puesto a nuestra disposición herramientas como Google Classroom, Moodle, Chamilo; para poder cumplir la meta de hacer llegar el conocimiento. En futuros artículos estaremos abarcando a profundidad estas herramientas

El teletrabajo

El otro ejemplo en auge de la telepresencia es el teletrabajo, el cual nos permite desempeñar nuestras tareas laborales de manera remota cuando nuestro cargo lo permita. El teletrabajo consiste en acceder a las herramientas de negocio de la empresa desde nuestros hogares, con el uso de una conexión a Internet.

Al igual que en el caso de la virtualización en el aula, los fabricantes de software también se han encargado de ofrecernos una baraja de opciones, para utilizar las que más se adecuen a nuestras necesidades. Aplicaciones como Google Meet, Microsoft Teams, Cisco WebEx, e inclusive Zoom Video se han vuelto mucho más populares en los últimos meses, dada la facilidad que nos permiten de realizar reuniones virtuales, con lo que podemos cumplir con el distanciamiento requerido.

La robotización

Algunas empresas visionarias, como es el caso de Amazon, 7Eleven, KFC (En Asia), Domino’s Pizza, Just Eat, y hasta el servicio postal suizo, han optado por incluir robots en su modelo de negocios para las entregas de sus productos. Estos robots, diseñados específicamente para cumplir con el objetivo de hacer llegar el producto final a los clientes, se han popularizado por su eficiencia y su efecto positivo en el medio ambiente, reduciendo costos y consumo de combustibles fósiles para su elaboración y funcionamiento.

¿Y que hay de nosotros los humanos? ¿Nos quedaremos sin empleo? 

Para nada, el uso de las tecnologías en la industria 4.0, que es como definen hoy en día a este conjunto de herramientas, ideas y soluciones que permiten a los sectores productivos convivir y aprovechar las nuevas tecnologías y paradigmas, lo que nos libera de las tareas repetitivas y aburridas, logrando disponer del tiempo necesario para centrarnos en la generación de ideas, que nos permitan crear alternativas de desarrollo para el mediano y corto plazo, lo cual ha sido la debilidad, en mi opinión, del sistema económico mundial actual, el cual se basa en producir la demanda, sin pensar en maneras de acelerar nuestra evolución como sociedad.

Pensando en el futuro… 

Hasta ahora estamos probando las herramientas que tenemos como una opción viable para mitigar los efectos negativos de la crisis de salud actual, podemos plantearnos el aprovechar este cambio y hacerlo permanente, cambiar nuestro estilo de vida y de productividad, para ir más allá de el “resolver” nuestras necesidades actuales, y comenzar a construir juntos ese futuro mejor que las tecnologías nos permiten obtener.

Y es que estamos en un momento de la historia trascendental, que nos permite ver el uso de las tecnologías como una opción real y viable, un camino para facilitar la entrada al futuro por la puerta grande, no lo desaprovechemos.